Una gran ventaja que nos brindan los smartphones es la posibilidad de mantenernos conectados las 24 horas del día. Esta comunicación permanente nos hace mas productivos, y a estas alturas ya no es raro ver a una persona hablando con su teléfono móvil, mandando mensajes de texto, leer su correo electrónico o publicar lo que está haciendo en las redes sociales. Hay generaciones que han crecido y vivido con este tipo de tecnología y la manejan sin ningún problema. Sin embargo, con la llegada de estos dispositivos se ha puesto en duda si algunas conductas que estos dispositivos generan son gesto de buena educación o no.

Pongamos por caso que estais cenando en un restaurante con una persona, vuestra pareja, un amigo, un compañero, etc. En medio de la conversación el teléfono suena y vibra, vuestro acompañante interrumpe el diálogo y atiende al teléfono. Es seguro que a muchos de vosotros os habrá pasado algo similar.
Tenemos la sensación de que una persona conectada a todas horas es un una persona ocupada, y por eso se le suele disculpar este tipo de comportamiento, pero no por ello deja de interrumpir las conversaciones. Visto así puede parecer que todos los que cojamos el móvil en medio de una charla somos unos maleducados, pero con la mensajería instantánea la cosa cambia, ¿No se puede sentir ofendida la persona que está al otro lado del teléfono al ver que tardáis en contestar? Como veis no se reduce simplemente a coger o no coger el teléfono, no dejar que los demás escuchen nuestras conversaciones o no molestar a los demás con un estridente pitido de teléfono... Cuesta mucho determinar que es educado o no en estas situaciones, y es porque no hay un protocolo que nos indique que hacer.
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