Mientras continúe la fase de recuperación económica, los consumidores seguirán conteniendo su gasto hasta que vean señales fiables de estabilidad. Las marcas deberán por tanto, generar mayor confianza para que los consumidores vuelvan a gastar. Ello se consigue dando más razones que nunca para comprar. Es decir, hay que tener en cuenta, que dada la situación actual y las llamémoslas “decepciones” creadas en el conjunto de las sociedades, el consumidor actual ya no solo prestará atención a los detalles impresos en envases (el magnífico packaging), sino que centrará su preocupación en otros aspectos tales como “¿Qué costes medioambientales tiene?” "¿Es o no respetuosa la marca con el medioambiente?".

Tenemos que tener en cuenta que la sociedad se está posicionando hacia un grado de sensibilización elevado con el entorno, por lo que el análisis de las marcas evolucionará un paso más en la mente del consumidor (de venderse producto sin necesidad de marca que lo represente, hasta la actual necesidad de diferenciación, posicionamiento, etc). A partir de ahora, la decisión de compra puede venir determinada por la suma de factores hasta ahora potenciados (precio, diseño, comunicación) junto con otros como la sostenibilidad o algo tan, inicialmente insignificante, como la información contenida en nuestro packaging…
1 comentario:
Enhorabuena por tu primer post! Muy Interesante!! Espero el siguiente...
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